miércoles, 29 de octubre de 2014

Cholpon Ata, señales de los escitas


En Kirguistán, al norte del lago Issyk Kul se puede apreciar un santuario de la edad de bronce al aire libre, un museo con interesantes petroglifos y grabados escitas. Los escitas eran muy salvajes y sanguinarios, bebían la sangre de su primera víctima en una batalla, vestían con cueros cabelludos y usaban cráneos humanos como vasijas. Este enigmático pueblo guerrero dominó las estepas de Eurasia desde el 700 hasta el 300 a.C. Sus incursiones llegaron incluso hasta el norte de Egipto. A partir de ahí prácticamente desaparecieron del mapa, no sin antes dejar su huella en la historia. Hasta la Biblia hace alusión a ellos.


En Cholpon Ata se encuentran algunos antiguos asentamientos  a cielo abierto de la Edad de Bronce con curiosas grabaciones. Artistas de las tribus que poblaron esta zona  desde mediados del II milenio hasta el siglo VIII a.C., han dejado su huella en estas piedras con miles de petroglifos. Las tribus Saka (s. VIII-III a.C.) contribuyeron al desarrollo de los dibujos en piedra en el llamado estilo Saka-Escita de representación de animales, que atrae por la belleza de sus líneas y la finura de su acabado. Los petroglifos mas tardíos datan del período túrquico (s. VI-IX).


El museo de Cholpon Ata es en realidad un templo gigantesco en el que los habitantes de la antigüedad hacían invocaciones a los cuerpos celestes, celebraban rituales y realizaban ofrendas. Las pinturas en las rocas jugaban un papel escencial. Además de los petroglifos hay círculos de piedra, considerados sitios sagrados en los que se estudian interesantes fenómenos naturales de campos geomagnéticos. Existe la suposición de que los círculos de enormes piedras servían de observatorios astronómicos.


Los petroglifos en Issyk-Kul del Norte son únicos por el realismo artístico de sus imágenes, auténticas obras maestras del estilo animalista Saka-Escita. Llama la atención el tamaño, que en algunos casos sobrepasa el metro, algo verdaderamente inususal, probablemente los mayores en Asia Central. También resultan curiosos los detalles de la técnica de grabación utilizada en algunos de los petroglifos. Es sorprendente que la imagen en relieve de un ciervo se haga aprovechando las prominencias naturales de la roca.

Los escitas dejaron tras de sí miles de túmulos funerarios llamados kurganes, en cuyo interior se han hallado muchas piezas valiosas que han permitido conocer el modo de vida de aquel pueblo guerrero.


Muchos especialistas se acercan a Cholpon Ata porque buena parte de las representaciones son únicas, aparecen exclusivamente en los petroglifos de Issyk Kul del Norte. Uno de los petroglifos representa una escena dinámica de leopardos durante la cacería que no tiene análogos en Asia Central.


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